martes, mayo 26, 2009

que sea junio y garúe

Pasa el tiempo y uno aprende a no decir las cosas, va simplemente viviendo. Hay un punto en que los demás adivinan la tranquilidad, la paciencia, la parsimonía estúpida de la resignación. Una imitación de troglodita que ya no desdeña los afanes ajenos, ya no piensa, sólo deja pasar. Soportar ya no es una carga. Había unas flores en casa cuando niño, no podía verlas porque estaban sobre el alto lavadero, el aroma fresco invadía la pesada tarde de sol. Alguien había permitido que el agua corriera sin remedio. Me parecía injusto que luego de tocar las flores esas aguas se convirtieran en agua pasada.

domingo, mayo 17, 2009

Reclamo a mí

¿Por qué lo extraordinario por lo general no es posible?
¿Porque simplemente es extraordinario o porque me encargo de lo previsto?

Y yo deseo, deseo, lo imposible...