lunes, marzo 05, 2007

La angustia del delirio

Añoro su mirada burlona de niña echada a perder, esa que tanto me perturbó la primera vez que la leí, a la salida del mi primer blog, y que me llevó después a soltarle una frase muy pueril que de no haber sido ingenua no habría pronunciado.

Tienes un espejo de mí, me dijo, dándome pie para que ironizara durante una semana entera, pero a fin de cuentas la frase no era tan desacertada y por momentos vuelve a tenerla, vuelvo a tener su reflejo, pero sólo por momentos, porque cuando me mira sin verme siento que ya no le quedan pestañas, ni retina, ni iris, ni párpados, y que en cambio sólo le queda el hambre; un hambre feroz que no puede ser saciada.

A Sofia, mi bella Sofia, la envuelve un brillo frío que es la marca de la distancia, la puerta blindada de ese delirio que ni la deja salir ni me permite entrar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Ducrot,
Si pudieras, si entendieras... no quiero borrarte Ducrot, no quiero.
Se mezclan en mi la angustia que me producen tus palabras y la euforia con que llegué para decirte que muy pronto haré un viaje a las montañas.